No hay duda de que Covid-19 ha afectado enormemente no solo cómo nos comportamos como individuos, sino también cómo usamos los espacios que fueron construidos para nosotros. Ahora, la pregunta es cómo se pueden devolver estos espacios a la comunidad teniendo en cuenta las medidas de seguridad que se deben seguir estrictamente. Al mismo tiempo, ¿Cómo podemos diseñar un espacio que no solo sea apropiado para esta crisis sino también para los impredecibles eventos que se avecinan?

Esta propuesta tiene como objetivo proporcionar un cambio de paradigma debido a circunstancias imprevistas y preservar la esencia de lo que conocemos como “espacios públicos”. El equipo seleccionó la calle A, un largo corredor sin utilizar de la Zona Franca, como punto de partida en la exploración del diseño. El primer paso es preseleccionar varias actividades en Barcelona. Luego, los sigue recreando en una escala más pequeña de cápsulas hexagonales retráctiles que se desplegarán a lo largo del sitio.